Sergio.

http://www.nuestralibrexpresion.blogspot.com.es/?m=1

viernes, 1 de enero de 2016

Sólo me baso en deseos. Antojos. Sucias esperanzas que son como los sueños irreales que tiene todo niño.
Todo se cierra con un 'algún día'. Todo se acaba dando al contrario la razón como si fuera imbécil para que deje el tema y se calle.
Pero así sólo se demuestra de nuevo quién quiere o da más en este juego.
Demuestra el interés que se tiene. Mientras que para una parte sería lo mejor del mundo. Lo más necesario, su puto salvavidas; para la otra tan sólo es un desvarío de una mente demasiado cursi, enferma y paranoica.

Sólo, y al fin y al cabo, son ilusiones falsas que te creas sólo. Mientras te asfixias en ese sentimiento que se denomina soledad. Y en el cuál te has sumergido sólo. Por propia voluntad.
Porque prefieres soportar el peso de sentirte solo a sentir el ahogo que acarrea decepcionarte una vez más.
Sólo intentas acallar ese grito que tu interior produce, que exige cariño. Que exige compañía. Que exige calor.
Y cuando pides....cuando solicitas ayuda para poder silenciarlo, lo único que hacen es darte una palmadita en la espalda y hacer que, añadiéndolo a la pila de mierda, tires para adelante con una mordaza bien encajada en la boca.
Porque siempre vas a salir perdiendo. Porque siempre te creas expectativas. Porque le pones capa a personas que no quieren ser tus héroes. Y tú sigues siendo un pequeño trozo de madera que pide ayuda para no ahogarse en ese mar. Y lo malo, es que ya nada te sigue manteniendo a flote.

A nadie le importan tus sentimientos. A nadie le interesan ni lo más mínimo tus antojos. Todos se quejarán de tus errores. Y cuando vean que te alejas, clamarán tus buenas acciones para volver a ponerte esa máscara sobre los ojos y que sigas atada a ellos.
Ni contigo, pero tampoco sin ti.
Me resulta muy egoísta.

Ahí es cuando llega el verdadero problema y tu mente te plantea una serie de salidas.
Ninguna te resulta factible. Porque siempre ha sido y, a día de hoy sigue siendo, tu mayor prioridad el hecho de que ellos estén a gusto y bien. Que no les decepciones.
Por eso mismo, siempre prefieres decepcionarte y hundirte a ti misma. Duele menos, supongo. Lo ve menos gente. Pero cada vez va siendo peor y te vas dando más y más asco.
Así que, dejas el último comodín bajo tu manga.
Dispuesta a usarlo si la ocasión lo permite.
Y sabes cuál es. Sabes cómo funciona.
Consiste en coger varias cosas que, juntas, crean un cóctel Molotov.
Y, lo peor de todo, estás entre ganas de hacerlo y asco por sentir que querrías acabar de una vez por todas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario